Ya comenzamos con los rumores sobre el que debe ser el próximo buque insignia del gigante surcoreano. Todo parece ahora indicar que Samsung habría decidido apostar por aumentar el tamaño de pantalla del Galaxy S8.
La idea no es ningún disparate, tiene sentido, aunque debemos tomarlo con cautela ya que plantea un cambio que a priori resulta demasiado brusco, ya que afectaría al tamaño de pantalla de ambos modelos, es decir, del Galaxy S8 estándar y del modelo Edge.
¿La pantalla del Galaxy S8 crecerá?
Según la fuente de la noticia el Galaxy S8 estándar pasaría de tener una pantalla de 5,1 pulgadas a contar con una de 5,7 pulgadas, mientras que el modelo Edge pasaría desde las 5,5 pulgadas hasta las 6,2 pulgadas.
Es una predicción que implica un cambio con sentido pero quizás demasiado radical, y encima no termina ahí, ya que según dicho rumor a pesar del incremento en el tamaño de la pantalla ambos terminales tendrían las mismas dimensiones que los Galaxy S7 y S7 Edge actuales.
¿Sería esto realmente posible? Sí, siempre que Samgung incremente en gran medida la proporción pantalla-cuerpo del terminal.
¿Y cómo podría conseguirse? Un diseño sin bisel eliminará el botón de inicio en la parte inferior, lo que permite más espacio para una visualización inmersiva.
Como se esperaba ampliamente, Samsung abandonará la versión planar de la serie insignia S y lanzará el teléfono con una pantalla curvada solamente.
“Para atraer a posibles consumidores de Note que prefieren una pantalla grande, Samsung ha decidido adoptar pantallas más grandes para los dos nuevos modelos de la S8“, según comenta un analista.
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Y esto nos recuerda mucho a lo que que acaba de hacer Xiaomi con su nuevo modelo, el Mi Mix. Un smartphone con un tamaño de pantalla de 6,2 pulgadas y sin ningún marco que se ve espectacular. Y nos preguntamos… ¿No eran los fabricantes chinos los que copiaban a los coreanos? ¿Ahora se invierten los papeles?
La verdad que Samsung necesita un golpe de efecto para recuperar la confianza de sus usuarios, después del calamitoso Note 7 y sus problemas con la batería. De hecho ha sido uno de los culebrones tecnológicos más mediático de los últimos años, además de una pesadilla para la compañía, que debe hacer frente a pérdidas millonarias y un daño grave en su imagen como marca. Sus recientes disculpas en periódicos de gran calado en EE.UU. no son suficientes para muchos usuarios, que han quedado decepcionados con el último pupilo de la compañía coreana.
¿Un movimiento con el que Samsung buscaría hacer el terminal más atractivo para aquellos que se quedaron con las ganas de hacerse con un Galaxy Note 7?
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